Giorgio Giorgi

Nació en Florencia sin ascendencia noble y quedó huérfano de padre a una edad temprana. Tras graduarse en Derecho en Siena se dedicó durante ocho años a la práctica forense y a los veintiocho años ingresó en la carrera judicial, en la que fue ascendiendo hasta convertirse en Consejero de Estado. Llegó a ser presidente de la Sección IV del Consejo, Presidente del Consejo de Estado y Senador. Como presidente, la gestión de Giorgi se caracterizó por su sensibilidad a los nuevos aspectos del Derecho administrativo y por la influencia que ejerció en la cultura jurídica italiana al haber contribuido a la aplicación de las estructuras y métodos propios del Derecho Privado en el estudio del Público.

Como miembro de la escuela exegética, su profunda formación privatista con influencias pandectistas lo llevó a escribir obras monográficas de gran amplitud y complejidad jurídica, de las que son expresión los nueve volúmenes de su «Teoría de las Obligaciones en el Derecho Moderno». Esta obra, que analiza de forma sistemática cada una de las partes en que puede dividirse la materia propia del derecho de obligaciones, conserva hoy toda su vigencia y utilidad, pues más allá de lo mutable de las normas, como punto de partida intelectual, ayer y hoy “(…) el mayor número de las contiendas sometidas a los tribunales son, sin duda alguna, aplicaciones prácticas de la teoría de las obligaciones”.

Su inteligencia y posición lo hicieron plenamente consciente de las transformaciones institucionales y sociales de su tiempo, de los efectos de la aparición de entidades colectivas y de la consiguiente necesidad de superar las categorías jurídicas clásicas. De todo ello fueron producto sus seis volúmenes acerca de la Doctrina de las personas jurídicas o entidades legales con especial consideración de la ley italiana, obra especialmente trascendente en cuanto a expresión del concepto de persona jurídica del Derecho italiano de los siglos XIX y XX.