Jean-Guillaume Locré de Roissy

Jurista francés de la época revolucionaria. Nacido en Lepizig, procedía de una familia de comerciantes que solían acudir a la importante feria que se celebraba en Leipzig anualmente; de ahí su nacimiento en Alemania. Pero no tuvo más vinculaciones con dicho país. Estudió en París y en 1787, con 27 años, se inscribió como abogado en el Parlamento de París habiendo conseguido, según parece, una numerosa clientela. Ser abogado de relativo éxito en París, en aquella época tan agitada era una invitación a intervenir en política. Así lo hizo Locré, aunque él se inició en el lado de la aristocracia, con la que estaba vinculado por su matrimonio con la segunda hija del Marqués Villain de Quincy. Las vicisitudes por las que pasó nuestro autor darían para una novela de aventuras. Antes del triunfo de la Revolución, tuvo que huir de París para evitar ser asesinado, y, en época de la Convención, llegó a ser encarcelado. Pero, aunque interesantes, todos estos acontecimientos nos alejan de la dimensión jurídica que es la que en esta Biblioteca importa.

La labor como jurista que le ha llevado a figurar en nuestra Biblioteca empieza cuando en 1794, por recomendación de Merlin y Cambaceres —a quienes la historia recuerda como dos de los principales impulsores de la codificación francesa— se integró, en calidad de Secretario General, en un Comité encargado de recopilar la legislación de La Convención. Una vez en dicho puesto, Locré hizo notar que antes de reunir las leyes era preciso completarlas y armonizarlas. Un año más tarde, ya en la época del Directorio, fue nombrado Secretario Redactor del Consejo de Ancianos, y en 1799, tras el Golpe de Estado de Napoléon, Secretario del Consejo de Estado, cargo en el que se mantuvo durante el Consulado, durante el Imperio y durante los 100 días del Retorno de Napoléon. Por tantos años de servicios Napoleón le premió, primero nombrándole Oficial de la Legión de Honor, y después, en 1813, nombrándole Barón del Imperio.

Desde el puesto de Secretario General del Consejo de Estado francés, Locré se convirtió en testigo y protagonista de todo el proceso codificador francés. Cuando Napoleón presidía el Consejo de Estado, Cambaceres se sentaba a su derecha, Lebrun a su izquierda, y frente a Cambaceres, Locré redactaba el acta de todas las reuniones, al tiempo que tomaba parte en las discusiones. Con los materiales de dichas reuniones, Locré dio a la imprenta tres obras que recogían las discusiones sobre, respectivamente, el Código civil, el Código de Comercio y el Código de Enjuciamiento Civil y que constituyen, por lo tanto, un importante testimonio sobre el proceso de elaboración de dichos textos legales.

Para nuestra Biblioteca hemos localizado una versión completa de las obras referidas al Código de Comercio y al Código de Enjuiciamiento Civil; pero desgraciadamente, de la obra relativa al Código civil sólo hemos localizado los tomos 1 a 5 y el tomo 7. Los cinco primeros cubren en su totalidad el Título Preliminar y el Libro I del Code, y el Tomo 7 cubre parte del Libro II del Code.