René Demogue

Uno de los grandes autores franceses de principios de siglo XX. Formó parte, junto con Gény, Planiol y otros, del grupo de jóvenes juristas que, siguiendo la revolución metodológica inspirada por Saleilles, llevaron a cabo una profunda renovación de los estudios civilísticos franceses, que habían quedado algo anquilosados tras tres cuartos de siglo de dominio de la «Escuela de la Exégesis».

Nacido en Reims en 1872, realizó sus estudios de Derecho en París, donde recibió las enseñanzas de Beudant y de Saleilles. En 1897 obtuvo el doctorado con una tesis sobre la reparación civil de los delitos y al año siguiente obtuvo el puesto de «Gestor de conferencias» en esa misma Facultad. De 1901 a 1903 fue profesor de Derecho Penal y de Derecho civil comparado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Lille. En esa misma Universidad (que hoy dispone de un Centro René Demogue muy activo) desempeñó distintos cargos hasta 1914, fecha en la que fue elegido Profesor de Derecho civil en París. En 1919 fue nombrado director de la Revue Trimestrielle de Droit Civil, cargo que ocuparía hasta su fallecimiento.

Aunque Gény lo tildaba de «nihilista», en realidad lo que destaca en él es su fuerte concepción social dirigida a corregir los excesos del liberalismo. En su época a esa tendencia se le llamaba «socialista», aunque nada tiene que ver con el movimiento político del mismo nombre. Esta concepción social se traduce en la subordinación de los derechos subjetivos al interés general; subordinación que debe ser llevada a cabo, en cada caso, mediante compromisos entre los distintos intereses en juegos.

Salvo por su famosa distinción entre las obligaciones de medios y las de resultados (que no era, por otra parte, en la sistemática del autor tan central e importante como pudiera pensarse), no es Demogue un autor que hoy día sea especialmente recordado, a pesar de lo extensa y profunda que fue su obra, y su olfato para anticiparse a problemas que en su época apenas empezaban a dibujarse. En Estados Unidos, por el contrario, tuvo una enorme repercusión en los autores del llamado «realismo norteamericano». Particularmente, Roscoe Pound.

Ese «olfato» o «presciencia» es el que hace que recientemente se le haya descrito como un Jurista esencial, testigo de las ideas de su tiempo pero también una guía para la comprensión de los problemas jurídicos contemporáneos (Daniel Nainguy, en su blog dedicado a biografías de juristas).

De la obra del autor, merece la pena destacar su impresionante «Tratado de las obligaciones» en 7 volúmenes.