Joaquín Costa Martínez

Intelectual español del siglo XIX; posiblemente el máximo exponente del movimiento que fue conocido como «regeneracionismo». Además del Derecho, cultivó numerosas ramas del conocimiento: Historia, economía, psicología, política, mecánica e incluso agricultura. Como jurista tampoco se concentró en una sola rama, sino que publicó estudios en el ámbito del Derecho civil, de la Teoría general, la historia del Derecho, el Derecho agrario… De él dijo Unamuno que nunca pudo resignarse a ser un buen especialista; quería abarcar mucho y con mucha impaciencia. También cultivó la política pero también en este apartado su pensamiento es difícilmente reducible a un paradigma. Vallet de Goytisolo dice de él que era «polígrafo por la extensión de sus saberes, e inclasificable por sus ideas y como político».

En una nota necrológica que le preparó Gumersindo de Azcárate y que fue publicada sólo en 1919, tras el fallecimiento del propio Azcárate, cuenta éste que en una ocasión en que se le pidió que trazara su propia biografía, contestó con una tarjeta que decía: «Agradezco el honor, pero no lo merezco. Hablar de mí mismo sería profanarme, y me estimo en poco para el galardón y en mucho para el propio menosprecio. Soy español dos veces, porque soy aragonés. Trabajo por la reconquista. Me ocupo de asuntos interiores, los de mi pueblo, y mientras no consiga que éste mejore de condición, cuanto he realizado no pasará de la categoría de un buen propósito».

Resulta muy dífícil, en alguien de tan diversos intereses intelectuales, sintetizar su labor como jurista. En general estuvo muy interesado por la costumbre y el Derecho vivo en los distintos rincones de España. Fue, sin duda, «foralista» e «historicista»; aunque su forma de entender la historia y su relación con el Derecho, no permitiría encuadrarlo en la llamada Escuela Histórica del Derecho, con la que compartía algunos postulados pero difería en muchos otros.