Pietro Cogliolo

Nacido en Génova, el 29 de marzo de 1859, Pietro Cogliolo se graduó en Derecho en la Universidad de Roma, trabajando en la Universidad de Camerino donde ganó la cátedra de Derecho romano y, más tarde, en la de Modena, hasta establecerse definitivamente en Génova en 1899.

Su primera obra en el ámbito del Derecho romano fueron las Quaestiones vexatae de dotibus (1882), dedicadas a la propiedad matrimonial, pero su trabajo más destacado de este periodo inicial es el Tratado teórico-práctico sobre la excepción de cosa juzgada según el derecho romano y el Código Civil italiano con referencias al derecho intermedio (Turín, 1883), en el que, siguiendo a G. Vittore, defiende, contra la opinión general, que la regla «bis de eadem re ne sit actio» fue sancionada por una ley anterior a las Doce Tablas y se extinguió con la Lex Iulia Iudiciaria.

Cogliolo recibió por estos primeros trabajos duras críticas de importantes romanistas, especialmente de Scialoja, pero también de Fadda y, posteriormente, de Ferrini, que le reprocharon faltas de lógica e información, errores cronológicos y paleográficos y, en general, «un gran deseo de decir cosas nuevas sin fundamento» (Rev. Crítica de las Ciencias Jurídicas y Soc., II [1884], pp. 57 y ss.), a lo que el autor respondió acusando a Scialoja de “mala fe científica” (Arch. Jur., XXXIII [1884], pp. 399-415).

Tras la publicación del Manual de las fuentes del derecho romano (Turín, 1885), intervino en la reimpresión de la famosa Historia del derecho romano de G. Pedalletti (Florencia,1886) y, en el mismo año, en el prefacio a la edición italiana de la Introducción al Digesto de John Roby, rastreando la historia de los estudios romanos ingleses.

A esta época pertenecen los Estudios acerca de la evolución del derecho privado, publicados por Cogliolo en Turín, en 1885 y considerados por su autor como historia «íntima» del Derecho. Publicados en España en 1898 con prólogo y notas de Rafael de Ureña y Smenjaud, los Estudios se presentan como modelo para la elaboración de trabajos sobre la historia del derecho español al margen de las modas científicas y, en particular, de «la avasalladora corriente de las doctrinas positivistas», y para extraer del olvido, a través de la investigación científica, las instituciones jurídicas españolas siguiendo el criterio de que si se quiere investigar cuáles sean las leyes generales y especiales de la evolución jurídica, es necesario reconstruir el desenvolvimiento histórico de cada institución.

En 1889, Cogliolo publica en Florencia su Historia del derecho romano privado, considerada un modelo de obra de síntesis, pero de alto nivel. Sin embargo, el ensayo fundamental de este período se refiere a la cuestión de las interpolaciones: es una revisión (Arch. Jur., XLI [1888], pp. 188-200) en la Interpolationen de Gradenwitz en la que Cogliolo censura las exageraciones de este autor, y de muchos otros, en la «búsqueda de interpolaciones», con una intuición que será muy fructífera en los estudios de Derecho romano: «Me inclino a creer que la mayoría de las interpolaciones en los escritos de los juristas no son obra de los compiladores de Justiniano, sino del deterioro de las escuelas y las glosas forenses».

Los años 1888-89 son decisivos para la vida científica y académica de Cogliolo: su llegada a la cátedra genovesa y la creación del Instituto de Derecho Romano y la revista relacionada, que consagraron la hegemonía de la escuela romana de Scialoja, inclinaron su interés hacia los estudios del derecho de su época. A la iniciativa de Scialoja siguió por parte de Cogliolo la fundación, en 1889, del Anuario Crítico de la Jurisprudencia Práctica, de gran difusión sobre todo entre abogados y magistrados y que revela en ese momento la preferencia del autor por el derecho actual frente a la investigación histórica.

Confirmando esta orientación, y tras su participación en el Tratado teórico y práctico de derecho penal (Milán, 1888), Cogliolo publica en 1890 su Tratado teórico y práctico fundamental sobre la administración de los asuntos ajenos, una obra de enorme éxito e influencia; una obra que generó también amplia controversia en la doctrina, especialmente por una concepción del «animus negotii» considerada por algunos autores, como Pacchioni, demasiado objetiva.

Cogliolo está considerado un autor polémico, de opiniones radicales y, a menudo, a contracorriente de las generalmente aceptadas en la doctrina lo que en buena medida la mantuvo aislado de ella, obligándole a seguir un camino propio. Fue ese camino el que le permitió importantes construcciones teóricas y prácticas, como la “teoría del propósito” y la «teoría de la culpa». Esta última propone una teoría unitaria asumida ampliamente por la jurisprudencia y aplicada sobre todo a la responsabilidad en el transporte, ámbito en el que, a juicio del autor, era preciso descartar las «expresiones dudosas» de «eventos fortuitos y fuerza mayor», y asumir que existe una única responsabilidad en todos los tipos de transporte, a saber: «se presume que el transportista es el culpable a menos que demuestre haber usado toda la diligencia normalmente posible para prevenir o evitar el evento dañoso».

En la propuesta de la «teoría del propósito» parte Cogliolo de la idea de que la jurisprudencia elabora los institutos sobre la base de una necesidad práctica, de un propósito legal que las partes establecen y -sobre todo en el derecho comercial- las instituciones reciben fuerza vinculante con el consentimiento de las partes contratantes incluso antes de que la ley los regule. De hecho, su regulación se debe precisamente al propósito al que están dirigidos, lo que conduce a Cogliolo a convertir la «teoría del propósito» en un principio general del derecho llamado a sustituir el «dogma de la voluntad».

A partir de 1910, la presencia de Cogliolo en el debate sobre los principales temas del derecho civil y mercantil, sobre todo como director de la revista Il Diritto commerciale, es constante: con el objetivo de definir las figuras legales que surgen de la realidad del comercio: sobre todo en cuestiones como el contrato bursátil, el contrato de periodistas, sindicatos profesionales, contrato de transporte, etc. En el informe al congreso celebrado en Roma en octubre de 1913, fue el primero en sentar las bases para la construcción jurídica del «contrato de trabajo».

En el campo del derecho mercantil, Cogliolo identificó algunos ámbitos novedosos, principalmente relacionados con el transporte, como el derecho ferroviario, y el derecho aeronáutico, ámbito este último en el que publicó en colaboración con S. Cacopardo, el Manual de Derecho Aeronáutico (Florencia, 1937).

Cogliolo fue también un jurista comprometido con la política del Derecho y las relaciones entre el Derecho y la sociedad en aspectos como la regulación de la educación, o la tendencia democrática en la ley, habiendo intervenido en defensa de la igualdad legal entre hombres y mujeres. Nombrado senador del Reino en 1933, de su actividad en el Senado destaca la pregunta sobre la «defensa de los pobres» en 1938, sobre asistencia legal gratuita.

Pietro Cogliolo murió en Génova el 14 de diciembre. 1940.