Importante jurista francés de la primera mitad del siglo XX, cuya obra recobra hoy actualidad gracias a la reciente reedición que ha realizado
Pese a sus prometedores comienzos como estudiante y a haber recibido numerosos premios durante sus estudios, le costó obtener una plaza fija de profesor, llegando a suspender hasta en dos ocasiones las pruebas de agregación que, finalmente, logró superar con brillantez en 1896. Desde entonces vinculó su destino académico a la Facultad de Derecho de Lyon, de la que llegaría a ser Decano durante más de 20 años. Téngase en cuenta que en aquella época existía cierto conflicto entre la Facultad de Derecho de París, representante de la ortodoxia de la dogmática, y las de provincias que, capitaneadas por Lyon, eran partidarias de abrir la dogmática al estudio del derecho comparado y de las ciencias sociales no jurídicas. Desde la Facultad de Lyon fue Josserand construyendo un prestigio que finalmente le llevó a ser Consejero de la
Su obra jurídica, aunque no es especialmente extensa, sí resulta de una importancia fundamental. En una de sus primeras obras, «De la responsabilité du fait des choses inanimées» coincidió con
Junto a sus trabajos sobre responsabilidad civil y sobre derecho del transporte, posiblemente la influencia más duradera de Josserand tiene que ver con su concepción del abuso del derecho, desarrollada fundamentalmente en sus «Essays de téléologie juridique». El primero de ellos, publicado en 1905 («De l'abus des droits») tuvo un gran impacto en la doctrina de su época, en parte por la "radicalidad" de su planteamiento pero, sobre todo, por lo combativo y provocador de su tono, en el que se destacaba una oposición entre los tribunales y la Universidad, en la que esta representaba "la retaguardia extrema de la marcha jurídica" al tiempo que se destacaba la importante labor de la jurisprudencia en la detección y solución de problemas reales y, en definitiva, en la evolución jurídica.
En fin: también fue autor de un manual que tuvo gran influencia en la doctrina francesa así como en la española de los dos primeros tercios del siglo XX: su «Cours de droit civil positif français».